El Cid campeador es uno de esos personajes históricos que de niños llenaba nuestras fantasías. Le leíamos peleando contra los moros, le leíamos en la catedral de Burgos tomando juramento a su Rey y tantas otras historias. Pero la que más nos hacía sonreír era, la batalla en Valencia, tras su conquista, cuando los moros tratan de recuperar la ciudad y, habiendo muerto ya el Cid, le montan a su caballo, le sujetan con palos y cuerdas y ante la mera visión de esa estampa, los moros salen corriendo. Como se dice, el Cid gana batallas incluso después de muerto.