La frase del día:
"Solo el que sirve con amor sabe custodiar"
Papa Francisco
Como todos los años, a mediados del mes de julio la Conferencia episcopal de Alemania (DBK) publica un resumen de las estadísticas del año anterior. No son simples estadísticas, dado el sistema de «impuesto religioso» es casi censal. Si pagas «eres» católico, y si no lo haces, aunque quieras dar el dinero a la Iglesia directamente los obispos alemanes, en la práctica, te excomulgan.
Los datos de este año son aún peores que los de años precedentes:
Bautismos: 167.787 (169.751 en 2017)
Confirmaciones 132.941 (138.069 en 2017)
Primeras Comuniones: 171.336 (178.045 en 2017)
Bodas: 42.789 (42.523 en 2017)
Funerales: 243.824 (243.705 en 2017)
No se publicaron datos sobre número de confesiones. Dado que en 2015 la propia DBK reconocía que sólo el 54% de los sacerdotes se confesaba al menos una vez al año, no es de extrañar la ausencia.
También bajó el número de los que «volvieron a casa»: 6.303 (6.685 en 2017)
El número de personas que abandonaron la Iglesia Católica aumenta dramáticamente: 216.078 personas, casi un 30% más que año anterior (167.504) y la segunda mayor caída desde el final de la Segunda Guerra Mundial (en 2014 fueron 217.716). Hablar de «primaveras», o de «efecto no-se-qué» es simplemente mentir, desde 2013 abandonaron la Iglesia un millón ciento sesenta y nueve mil fieles. Y los fieles que las estadísticas consideran «practicantes» también disminuyen (en 159 mil). No hay por dónde mirar los datos
Disminuye, también, el número de sacerdotes y parroquias. En la presentación de los datos, el P. Hans Langendörfer SJ, dijo que los números son «preocupantes» pero, en su opinión, hacen parte de «los procesos de cambio».
«Lamentamos cuando las personas se van de la Iglesia Católica. Entendemos que haya surgido la desconfianza o si se ha perdido la confianza y la credibilidad», dijo el sacerdote
Aunque la baja parece ser «imparable», el P. Langendorfer expresó su agradecimiento a «los investigadores pastorales y teológicos que están buscando formas para que los sacramentos sea mejor comprendidos y vividos como fuente de nuestra fe». Ánimo, P. Langendorfer, según sus propias estimaciones, para 2060 ya sólo quedarán la mitad de católicos de los que hay hoy.