"Cuando surgen tensiones entre la Palabra de Dios obvia y la interpretación infalible por un lado y las expresiones privadas de opinión incluso de las más altas autoridades eclesiásticas', se aplica siempre el principio: in dubio pro Deo. No conozco la redacción exacta de la ambigua declaración de la entrevista. Pero el efecto es fatal". Son palabras del cardenal Müller, tras conocerese las declaraciones del Papa Francisco a favor de las leyes de convivencia civil para los homosexuales.