Los católicos norteamericanos están entusiasmados: ya tienen una aparición mariana reconocida oficialmente por la Iglesia en Estados Unidos. Sucedió 328 años más tarde que la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego en México (en 1531), y la vidente de hecho no era estadounidense, sino una humilde inmigrante belga que sólo llevaba cuatro años en Estados Unidos y no hablaba inglés, pero a nadie le importa: David Laurin Ricken, el obispo de Green Bay (Wisconsin) ha decretado la autenticidad de las apariciones de la Virgen a Adele Brise en 1859, y con ello la Iglesia Católica reconoce por primera vez una aparición mariana en el país. Eso también ayuda a muchos católicos a quitarse el mal sabor de dos apariciones que la Iglesia ha declarado oficialmente ser falsas: las de Necedah (de 1949, también en Wisconsin) y las de Bayside (1968, en Nueva York).